-
Eso es imposible…
-
Imposible es que ahora
me de un apretón, me baje los pantalones y cague un billete de quinientos
pavazos.
-
Limpio y listo para
usar. Eso sería increíble.
-
¿Por qué tengo que
creer en la suerte?
-
No digo que tengas,
digo que es imposible que no creas.
-
Otra vez. ¿Por qué?
-
Porque la suerte es un
encadenamiento de sucesos considerado como fortuito o casual.
-
Joder ¿has estado
leyendo el diccionario?
-
No. Lo pone en el
guión.
-
Vale. Yo creo en la
gente que forja su suerte.
-
Dejando a un lado que
no eres un personaje del señor de los anillos ¿forjar? Si crees que cada uno se
busca la suya, crees que existe.
-
QUE NO.
-
Entonces cómo se la va
a forjar tu gente esa.
-
Demagogo…
-
Y luego soy yo el que
lee el diccionario.
-
Que yo lo que creo es
que las cosas que pasan, pasan porque tienen que pasar.
-
Entonces crees en el
destino.
-
No sé.
-
En que cada uno tiene
su lugar y por más que quiera salirse se va a tener que quedar en él.
-
No, en eso no. ¿También
venía en el guión?
-
Que va, eso ya lo
sabía.
-
Mira. Lo que yo quiero decir
es que no se puede ser feliz a base de suerte. Y ya está.
-
J
-
¿Y ahora qué pasa?
-
Que no tengo nada que
decir.
-
Porque estás de
acuerdo.
-
Para nada. Pero en eso
sí que puedes creer.
-
Pues muchas gracias. So
generoso.
-
No creo en la
generosidad.
-
Vete a la mierda.
-
Entonces de follar ni
hablamos ¿no?
-
Prueba en otro momento.
Puede que tengas un mejor encadenamiento de sucesos fortuito.
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